martes, marzo 04, 2008

¡Cómo te quiero! (narrativa)

¡Cómo te quiero!

¡Cómo te quiero!, lo dije con voz casi inaudible, es un alivio que no lo hayas escuchado o no sé si debo pensar que es una pena, simplemente es mejor así.... tú sólo sigue en la regadera, mientras pienso en ti.

¿Te parece difícil entender que alguien se una a los manifestantes sólo por simpatía?, ¿En serio?, ¿Ni siquiera entiendes porqué alguien puede convertirse en un revoltoso?, ¿Crees que es gente que no tiene nada mejor que hacer?, ¿Tampoco comprendes cómo alguien puede interrumpir estrepitosamente en la iglesia?, ¿O cómo alguien puede correr desesperadamente por la avenida, correr sin tener dirección, correr sin parar, sin tener en mente ningún lugar, sólo el impulso de correr con la respiración como atorada entre ramas y la voz que sale deja de ser un grito apenas un sonido, mejor dicho como si fuera más bien un ladrido, no una voz humana? ¿Crees que no deberían de hablar de injusticia, injusticia es enmugrar la ciudad y ocasionar embotellamientos cuando tú tienes prisa por llegar a la oficina?. Es cierto, tienes razón.

Para mí no es tan difícil, sé que seré uno de ellos, uno de esos desesperados que tú no entiendes. Seré yo el que corra de un lado a otro como un loco, el día que tú me llames y a través del auricular digas que me dejas. Esa noche desearé sentirme como antes de conocerte, como antes de creer ingenuamente que te conocía como ningún otro hombre lo haría. Antes de que dijeras que hay otro hombre aunque yo no lo pregunté, antes de que dijeras que había habido otros. Antes de que me dejaras un tiempo compartido y simplemente dijeras que las cosas siempre cambian. Antes de la ira en la garganta: tu cuerpo y el de un extraño, otro, no yo. La ira y el impulso de tomar tu cuello delgado, de apretarlo, de ver tus ojos cerrarse con la esperanza de que así acabe el dolor, cerrar esos ojos tuyos y olvidarlos. Luego saldré corriendo de la casa, sin importar la hora, al lugar que sea, y tú seguirás igual, no me entenderás, pensarás qué insensatez, estarás convencida de que tuviste razón en dejarme. Esta bien tú eres así y yo....mírame, te llevo la toalla al baño, la has olvidado en la cama.

¿Ana, en la desesperación o el miedo correrías hacia el dios de la violencia? ¿Levantarías un bate de béisbol como arma? ¿Conducirías una camioneta a alta velocidad? ¿Arrollarías a hombres y mujeres que se te pusieran al paso, gritando Hijos de su Santa Tolina de Atocha, más aún con un par de uniformados por la espalda, con sus motocicletas corriendo velozmente tras de ti?, ¿Ana, no podrías hacer algo así?, yo tampoco, ¿Tampoco harías algo como la pareja que vimos en el café?

Tocan a la puerta, observo el marco pero no hay siluetas ni pies en el resquicio, tú ni te inquietas, entonces creo que lo imaginé, te miro otra vez mientras te vistes con el vestido azul que es mi favorito.

¿Entonces sí recuerdas a la pareja, a esos que salieron sin pagar y que además aprovecharon la oportunidad para tomar el efectivo de las propinas de otras mesas?. A ese hombre lo vi hoy en el parque, estaba solo, lo vi jalando algo de entre los arbustos, luego vi que era un cachorro, paso cerca de mí, y escuche que le llamaba cariñosamente bofy; unos minutos después me encontré con un chico y su padre buscando al cachorro. ¿Qué a qué hora fue eso?, como a las seis, antes de venir a verte, como siempre puntual, para ver si funciona lo de domesticar, ¿qué ya no te diga tantas cosas raras? esta bien ya no lo haré, eso sólo lo entienden el principito y el zorro, no, no te dije zorra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

interesante, curioso mas bien,el trasgresor que llevas dentro (algunos...creo)es con el que me identifico, esa parte romantica de la interpelacion, los lugares comunes, será?
gracias, duendecito