jueves, mayo 08, 2008

MINIMALISMO

MINIMALISMO

Hábil y ligera, la mano de David hace trazos sobre una hoja de papel pegada por unas bandas adhesivas a la mesa de dibujo. Iluminada por una lámpara azul, la hoja blanca y estirada va quedando marcada por líneas oscuras. El suave desliz del lápiz es lo único que se escucha en la habitación reluciente, vacía desde que vino Verónica con el camión de mudanzas a recoger su cosas y decir que adoraba el barroco y el color, que no soportaba un día más en ese blanco y silencioso lugar de su relación.
La mano de David deja de dibujar sin soltar el lápiz, ha olvidado que esta ahí, como si el lápiz fuera una extensión de su propio cuerpo. David cierra los ojos y se acaricia la frente mientras una lágrima recorre su mejilla. Con la palma de la mano calla más a la silenciosa lágrima y termina de trazar la línea interrumpida en la pálida hoja.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante, como siempre. ¿Es la soledad el precio de la simplicidad?

Anónimo dijo...

Entiendo el punto. Respecto a la forma de la historia, me parece ideal para transmitir ideas de manera breve, y no tienen por que ser sintéticas; después de todo hay personas que consideran la vida como "la suma de momentos". Además, cuando tratamos de transmitir una idea en pocas líneas, lo de menos (en ocasiones) suele ser el desarrollo de los personajes. Pero tu lo has dicho, el asunto de la dificultad de comunicación y comprensión entre pesonas de distinto sexo (ya no digamos de los seres humanos en general) es, cuando menos, complejo.